lunes, 16 de octubre de 2017

                                     Rito de iniciación

Para los jóvenes, conseguir una esposa es una tarea que los consterna hasta el día que la cumplan: Ellos deben ir a un lugar específico donde se encuentran todas las posibles candidatas para comprometerse y formar una familia. Allí se visten con prendas de un rosa brillante, se peinan perfectamente y después de la larga y costosa preparación, deben bailar ballet en frente de todas las candidatas y convencer a alguna de que es lo suficientemente hombre como para casarse con él,
         Si la dama opina que el sujeto allí bailando es el indicado, tiene la obligación de pedirle matrimonio.
        Así formarían una familia, en la cual el hombre se quedará en casa cuidando de los hijos mientras que la madre irá a trabajar y llevará la comida.

miércoles, 30 de agosto de 2017

-Corran, corran! - gritó Luca.
Corrimos bajo la lluvia y en plena noche, hasta que nos encontramos sin lugar hacia donde ir, estábamos en un oscuro callejón sin salido y la policía nos alcanzaría en cualquier momento. Para nuestro alivio vimos una puerta blanca en donde nos escondimos.
      
       Como siempre, yo estaba aburrida y sin saber que hacer. Mientras subía al altillo, escuché cómo mi mamá encendía la televisión y ponía el canal de las noticias a todo volumen.
       El altillo siempre había estado igual, pero esa vez algo me llamó la atención: Un libro dorado entre libros negros. Todos estaban muy sucios, así que lo soplé y todo el polvo vino hacia mis ojos y me hizo llorar. Había un nombre con sus iniciales sobre la tapa del libro dorado: María Ana Cupulo (MAC). No sabía quién era esa mujer, no la conocía, pero me intrigó así que decidí leerlo: Era el diario de una científica que había intentado hacer una maquina del tiempo, aunque, por una falla terminó sirviendo para otra cosa.
       Me distraje por el ruido de las noticias que mi mamá estaba mirando abajo y dejé de leer. Por lo que se escuchaba desde abajo, un viejo loco, a demás ladrón, decía que las personas estaban desapareciendo, pero nadie podía recordarlas.
  -Son tonterías - dijo mi mamá.
Les conté a mis amigos; Angela, Luca, Andres, Alelí y Thiago. Ellos también habían oído las noticias, y decidimos ir a visitar al anciano que habíamos visto en televisión. sabíamos que no era seguro ya que el solía ser ladrón pero nos arriesgamos. Todo fue muy raro: Nos mostró una foto con todos los habitantes de la ciudad y nos señalo los espacios vacíos en donde supuestamente tendrían que haber estado las personas que estaban desaparecidas. No sé por que pero le creí. Para probar que mi teoría no estaba errada, decidimos buscar a los familiares de aquellas personas. Los vecinos pensaron que eramos cómplices del viejo loco y que también eramos ladrones y llamaron a la policía. Fue cuando la persecución empezó... 

      -Corran, corran -gritó Luca
Corrimos bajo la lluvia y en plena noche, hasta que nos encontramos sin lugar hacia donde ir, estábamos en un oscuro callejón sin salido y la policía nos alcanzaría en cualquier momento. Para nuestro alivio vimos una puerta blanca en donde nos escondimos.
      Era una casa grande y abandonada, llena de telarañas y con las paredes desgatadas. Se escuchaba la lluvia que pegaba en la chapa del techo y los relámpagos que asustaban a cualquiera. No podíamos salir de allí, así que decidimos investigar. Angela y Andres hallaron una gran sala con muebles antiguos, muchos libros y un misterioso reloj de arena. Los demás investigamos los otros sectores de la casa.
   -Se hizo tarde- dijo Alelí preocupada
   -¿Y si dormimos acá?- opinó Andres
Optamos por esto último y decidimos pasar la noche allí. La tormenta empeoró, las ventanas empezaron a temblar y todos estábamos aterrados; así que prendimos una televisión que estaba donde dormíamos para que nos ilumine.
    Mientras me levantaba, busqué a Thiago con la mirada pero no lo encontré. Se había quedado despierto cuidando la casa, ya no estaba. Al principio creímos que era una broma, ya que seguía en la foto que nos había dado el viejo pero luego comenzamos a preocuparnos. Luca, Andres, Alelí y yo buscamos por toda la casa pero no estaba. A Angela, en cambio, no le importó la supuesta desaparición de Thiago por que estaba segura que era uno de sus chistes. Así que volvió a la habitación del reloj de arena, en la que había estado el día anterior y leyó uno de los tantos libros que le habían llamado la atención.
   Cuando nos volvimos a encontrar, Angela nos contó sobre un libro que leyó: Trataba sobre el reloj de arena. Decía que había sido creado por error y que, a medida la arena se consumía, las personas iban desapareciendo y se esfumaban de la foto y de los recuerdos de sus conocidos. El libro no estaba firmado, por lo tanto desconocíamos su autor. Aún así, no sabíamos que había pasado con Thiago.
     Andres, Luca, Angela y Alelí fueron a buscarlo por la ciudad. Mientras tanto, yo que me había quedado en la casa para ver si volvía, fui a ver el reloj de arena de cerca, en el estaban las mismas iniciales y el mismo nombre que había visto en el libro dorado, María Ana Cupulo y al tocarlo un recuerdo vino a mi cabeza: Esa mujer era mi abuela.
    Mi mamá me había contado poco sobre ella, ya que no tuve la oportunidad de conocerla.
 Me dí cuenta de que todo lo que había leído en el diario era lo que estaba pasando: Mi abuela era la creadora del reloj de arena.
   Cuando deje de tocarlo mantuve los ojos cerrados, esa sensación de saberlo todo había desaparecido. No sabía como decirles a mis amigos, que todo había sido culpa de mi abuela y que no sabía como pararlo.
   Decidí abrir los ojos y enfrentarme a la situación. Al hacerlo sentí un escalofrió, no podía creer lo que estaba viendo: Era Thiago, sano y salvo, parado frente a mí.
   Miré a mi alrededor lentamente y vi a a todos las personas del pueblo. Pero ellos no eran los únicos desaparecidos, yo ya no estaba en la foto. No supe como había pasado, todo fue muy rápido. Recuerdo que toque el reloj de arena, reviví la escena de mi abuela y por arte de magia termine en esta dimensión con todos los desaparecidos. Tenia que hablar con Thiago, tenia que saber que era lo que estaba pasando y cómo solucionarlo. Intente moverme, pero el ambiente era raro y rocoso, con nubes de distintas formas. La gente parecía estar volando con los saltos que hacía para llegar al suelo, parecían en la luna. Cuando logré acercarme a mi amigo, se paró de repente, asustándome y me señalo. Al darme vuelta note que el no era el único señalando, todas las demás personas ahí presentes también lo hacían y repetían a coro la misma frase pero en un idioma que no conocía.

    En ese momento me desperté tirada en el suelo con todos mis amigos al rededor mirándome sorprendidos, incluyendo Thiago que solo había salido a tomar aire. Todo había sido un simple sueño, pero yo no lo sentía así, estaba segura de que había tocado el reloj de arena y me había ido para siempre.
   -Pierina desapareciste!- Dijo Alelí asustada- llegamos cuando encontramos a Thiago pero no estabas en la casa, pensamos que habías salido a buscarlo por tu cuenta pero cuando volteamos apareciste en el suelo dormida.
Nadie estaba hablando, yo estaba quieta en el lugar confundida por lo que había pasado.
Les conté a mis amigos lo que me había ocurrido, y lo que las personas me decían sin parar, ninguno podía creerlo. Con Angela logramos descifrar la frase. Ellos decían "Eres nuestra salvadora, para que nosotros nos vallamos tu tienes que quedarte aquí, ese es el precio"
   Ninguno quería que desapareciera, pero era la única forma de que las personas volvieran. Por culpa de mi abuela, yo me sacrificaría y dejaría mi vida para que todos pudieran regresar.
      Desde que estoy en este horrible lugar, nadie volvió a verme o recordarme nunca mas.

sábado, 22 de abril de 2017

Había una vez en un lejano reino una bella princesa llamada Blancanieves. Su madrastra, la reina malvada, la obligaba a hacer todas las tareas domésticas.
Pero un, día Blancanieves se rebeló contra ella y escapó al bosque en busca de menos responsabilidades, para poder realizar su verdadera pasión: los vídeo juegos.
 En su camino, la princesa se encontró con varios animales feroces, entonces decidió sacar su espada y deshacerse de ellos. Una vez que los animales estuvieran fuera del camino, retomó su travesía hacia quién sabe donde.
 Luego de caminar por un largo rato, Blancanieves encontró en las profundidades del bosque una diminuta casita y pensó que era su oportunidad perfecta para descansar.
 Cuando decidió entrar, se encontró en un mar de inmundicia y suciedad, pero se fió que toda esa mugre era por que la vivienda estaba abandonada. Vio unas minúsculas escaleras y al subirlas descubrió siete pequeñas camas, el lugar perfecto para acostarse y dormir. Y así fue, cuando la bella princesa se recostó, entró en un sueño profundo.
 Al despertarse se hallo atada a una silla con siete enanitos al rededor de ella. Estos pequeños seres le exigían a la princesa que fuera su mucama. Blancanieves no tenía escapatoria, estaba encerrada en esa casa.
 Así que, todos los días ella se levantaba, veía como los enanitos se iban a trabajar y se quedaba limpiando. Ya había pensado todas las maneras de escapar, pero ninguna era posible.
Hasta que un día, mientras realizaba su función, una ancianita tocó la puerta y pidió pasar. Blancanieves, que no era estúpida, no iba a dejar pasar a la casa a una persona desconocida. La vieja, desilusionada, se fue; pero al irse dejó caer una roja manzana. La princesa la recogió y la olió.  Descubrió que esa no era una fruta común, así que esperó a que los enanitos volvieran de trabajar y hizo que todos probaran la inusual manzana. De pronto, todos los enanos yacían en el piso sin vida.  Culpable, Blanca Nieves, buscó por todo el reino siete bonitas enanitas para que besaran a los enanos y pudieran por fin despertar.