sábado, 22 de abril de 2017

Había una vez en un lejano reino una bella princesa llamada Blancanieves. Su madrastra, la reina malvada, la obligaba a hacer todas las tareas domésticas.
Pero un, día Blancanieves se rebeló contra ella y escapó al bosque en busca de menos responsabilidades, para poder realizar su verdadera pasión: los vídeo juegos.
 En su camino, la princesa se encontró con varios animales feroces, entonces decidió sacar su espada y deshacerse de ellos. Una vez que los animales estuvieran fuera del camino, retomó su travesía hacia quién sabe donde.
 Luego de caminar por un largo rato, Blancanieves encontró en las profundidades del bosque una diminuta casita y pensó que era su oportunidad perfecta para descansar.
 Cuando decidió entrar, se encontró en un mar de inmundicia y suciedad, pero se fió que toda esa mugre era por que la vivienda estaba abandonada. Vio unas minúsculas escaleras y al subirlas descubrió siete pequeñas camas, el lugar perfecto para acostarse y dormir. Y así fue, cuando la bella princesa se recostó, entró en un sueño profundo.
 Al despertarse se hallo atada a una silla con siete enanitos al rededor de ella. Estos pequeños seres le exigían a la princesa que fuera su mucama. Blancanieves no tenía escapatoria, estaba encerrada en esa casa.
 Así que, todos los días ella se levantaba, veía como los enanitos se iban a trabajar y se quedaba limpiando. Ya había pensado todas las maneras de escapar, pero ninguna era posible.
Hasta que un día, mientras realizaba su función, una ancianita tocó la puerta y pidió pasar. Blancanieves, que no era estúpida, no iba a dejar pasar a la casa a una persona desconocida. La vieja, desilusionada, se fue; pero al irse dejó caer una roja manzana. La princesa la recogió y la olió.  Descubrió que esa no era una fruta común, así que esperó a que los enanitos volvieran de trabajar y hizo que todos probaran la inusual manzana. De pronto, todos los enanos yacían en el piso sin vida.  Culpable, Blanca Nieves, buscó por todo el reino siete bonitas enanitas para que besaran a los enanos y pudieran por fin despertar.